Ir al tianguis: actividad que nos heredaron nuestros antepasados


Hablar de los tianguis es hablar de una tradición que se ha mantenido desde la época precolombina, que se ha instaurado en la vida de la gente y que hoy sigue vigente. 

Los tianguis son un evento cultural que esta involucrado en la vida de la mayoría de las familias mexicanas, en cualquier rancho, pueblo o ciudad de la República Mexicana existe un tianguis, conformado a veces por decenas de puestos y en otras ocasiones por miles de estos.

Se dedican a vender cualquier producto, oficio o servicio a menor precio que en otros establecimientos. Debido a esta amalgama es posible satisfacer necesidades básicas que resulta prácticamente imposible de abastecer de manera individual.

Estos mercados ambulantes han logrado traspasar generaciones y ser igual de importantes que en la época prehispánica, ya que se tiene registro que en Tenochtitlán los tianguis eran un lugar determinante de reunión. Allí de algún modo se conocía la biodiversidad de tierras lejanas, de lenguas, de creencias. También allí se reafirmaba la identidad, o bien se nutría de otras influencias.

También, como eran tan importantes, incluso luego de la conquista, los españoles levantaron centros religiosos cerca de estos mercados. Hoy los tianguis continúan siendo imprescindibles en la cultura mexicana.

Los tianguis y los productos que se ofrecen en ellos han ido evolucionando, han surgido nuevos y han desaparecido algunos, sin embargo en la parte centro y sur del país aún se conservan mercados ambulantes que tuvieron su origen antes de la colonización.

Según estudios de la investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)Amalia Attolini Lecón, en la actualidad, los mercados indígenas cumplen dos funciones principales: por un lado vinculan en un ámbito regional productos originados en un contexto de economía campesina; por otro, proveen a los individuos y sus comunidades de artículos manufacturados y elaborados con fines específicamente mercantiles. Ahí la comida y los amigos confluyen, y se refuerza la tradición cultural.

A continuación mostramos un mapa de los lugares en donde se encuentra  estos Tianguis Prehispanicos.

En varios de ellos es común que los vendedores dialoguen en sus propias lenguas, y que las mujeres vistan con orgullo sus trajes tradicionales.

La cultura de los tianguis ha permitido el intercambio de ideas y la confluencia de las sociedades, hoy aún los asociamos con productos de la región, los vinculamos a México, incluso al México Profundo; son una ventana al mundo rural y artesanal, también a la biodiversidad. Jamás será lo mismo la experiencia comercial en un tianguis que en un supermercado, y es que aquí  confluyen épocas, usanzas arraigadas y la diversidad social del país.

A parte de ser un lugar en donde interactúa el comercio, los tianguis son postales llenas de colores, sabores y sonidos. Algunas personas no sólo van de compras allí, van a pasearse, a reunirse con amigas o amigos, a comer, o a sólo pasar el rato. Pascale Villegas en su articulo  “Del tianguis prehispánico al tianguis colonial: Lugar de intercambio y predicación» explica que los indígenas percibían la visita al tianguis como un placer y preferían ir a ellos que oír misa.

Las costumbres entre los indígenas y los mexicanos actuales no han cambiado mucho, algunos van a realizar sus compras pero también hay otros que van a “sólo pasar el tiempo ”

 A continuación se presenta un sondeo realizado a asistentes del Tianguis para ver que es lo que disfrutan de él.

 

Por un lado se encuentra el comprador que asiste a los tianguis a admirar los colores, sabores y sonidos que brindan estos lugares, y por otro lado se encuentra el de los vendedores, miles de personas que no tiene un lugar de trabajo fijo, y laboran más que una jornada laboral de 8 horas.

La vida cotidiana del tianguero es pesada aunque rinde muchos frutos, según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social el trabajador ambulante en México puede ganar hasta unos 15,000 pesos al mes, por encima de los 13,800 pesos que gana en promedio una persona del área de Ciencias Biológicas, según el estudio «Tendencias del Empleo Profesional».

La siguiente historia, es sobre Juan Valdez, una persona que empezó asistir a los tianguis desde que estaba en los brazos de su madre, debido a que sus padres tenían un puesto de frutas y verduras. Eso impidió que fuera con regularidad a la escuela, ya que prefería ir de pueblo en pueblo ayudando a vender verduras a sus padres, que asistir a la escuela.

Con el tiempo compraron otro puesto del que Juan Valdez se hace cargo

En la zona metropolitana de Guadalajara existen muchos Tianguis a los que los jaliscienses y turistas asisten con regularidad.

Muchos ofrecen lo típico que se oferta en estos lugares: comida, ropa, productos de limpieza y uso diario etc, etc.

Sin embargo hay otros Tianguis que ofrecen productos especializados.

La siguiente infografía ofrece información de estos Mercados ambulantes, dónde se encuentran, los productos que ofrecen y los días que se montan.


La cultura del tianguis ha permitido a las personas mexicanas tener un lugar en donde la identidad de México está presente.

Aquí convergen grupos de personas con  diversas ideas que interactúan de manera natural, y que quizás en otros escenarios no se lograría esta interacción.

Los tianguis ya no son vistos como mercados al aire libre o ambulantes sino que son vistos como una tradición. Una de las tradiciones prehispánicas que prácticamente se mantiene intactas y vigentes.

Sin embargo en algunas ciudades se mantiene la lucha por mantener estos lugares, ya que la piratería y la corrupción también son elementos importantes en ellos.

Aun así miles de personas acuden a ellos y activan la economía nacional.